Mi madre me pedía 100 euros cada mes. Ayer descubrí la verdadera razón.

Una viuda, dos niños, un anciano y una mujer llamada mamá.
Historias

— Lucía, — dijo Doña Carmen —. Se quedó viuda hace dos años. Tiene dos hijos, Diego y Mateo.
Trabaja limpiando casas. Gana unos 950 euros al mes.
Pero el alquiler le cuesta 620 euros.
A veces no llega ni para comprar leche.

Me quedé mirando a mi madre, rodeada de esos niños, acariciándoles la cabeza como si fueran nietos suyos.

Cuando se despidió de Lucía, pensé que volvería a casa.
Pero no. Cruzó la calle y llamó a otra puerta.

Esperamos un momento.
Me acerqué a la ventana.

Dentro estaba un señor mayor en silla de ruedas.
Don José.
Mi madre le preparaba una infusión mientras él le contaba algo entre risas.

— Su esposa murió hace un año — explicó Doña Carmen en voz baja —. No tiene hijos. Tu madre viene tres veces por semana. Le limpia un poco, le hace compañía, le lee el periódico… para que no esté solo.

Sentí un nudo en la garganta.

— ¿Por qué hace todo esto? — dije casi sin voz.

— Porque cuando murió tu padre, ella también estaba muy sola.
Y esta gente — Lucía, Don José — fueron amables con ella.
Le hablaron, la escucharon, la invitaron a un café.
Ahora ella devuelve ese cariño.

Cuando por fin salió y me vio, se quedó paralizada.

— ¿Daniel? ¿Qué haces aquí?

— Venía… a darte una sorpresa.

Ella supo que era mentira.

En su cocina, en esa mesa donde merendé mil veces de niño, le dije:

— Doña Carmen me lo ha contado todo.

Mi madre bajó la mirada.

— No quería que te enteraras así…

— ¿Por qué nunca me dijiste nada? ¿Por qué no me pediste más dinero?

Ella sonrió, pero con tristeza.

— Porque no se trata del dinero, hijo.
Tú me envías para que yo viva. Y yo vivo de verdad cuando puedo ayudar a alguien.
Tú tienes tu vida en Madrid. Y yo estoy aquí.
Si me quedo sola en casa, esperando a hacerme vieja… ¿de qué me sirve la vida?

— Mamá, ¿cuánto necesitas de verdad? Para ti, para Lucía, para Don José…

— Daniel… no hace falta…

— Mamá. Por favor. Dímelo.

Suspiró muy bajito.

— Con 250 o 300 euros al mes podría ayudarles a todos sin apuros.

— Vale.
Desde el próximo mes te envío 350 euros.
Y cada mes.
Pero con una condición.

— ¿Cuál?

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