«Solo vende estos plátanos y descansa» — le dijo Javier esa mañana, sin saber que nunca volvería a verla

Un Mes Antes del Milagro
Historias

Mi esposo Javier me pidió esta mañana que vendiera estos mangos y luego me tomara un descanso. Falta apenas un mes para que llegue nuestro bebé.

«Javier me dijo que esta mañana saliera a vender estos mangos y después descansara, solo queda un mes para el nacimiento de nuestro hijo… Me juró que regresaría temprano, que me acompañaría al control médico, y que prepararíamos todo juntos para recibir a nuestra criatura.

Pero entonces… ¡Dios santo, qué cruel es el destino! Él estaba trabajando cuando sonó su teléfono. Era un vecino:

— ‘Javier, ven rápido, tu mujer… tu mujer tuvo un accidente con un camión en el mercado.’

Dejó todo tirado y corrió desesperado por las calles. Cada zancada le ardía en el pecho, y en su cabeza resonaban mis últimas palabras: ‘Solo este último viaje y me quedo en casa a cuidarme.’

Cuando llegó… delante de él había una escena desgarradora: los mangos dispersos por el pavimento, la carretilla destrozada en pedazos. Y yo… la mujer que más amaba en este mundo… yacía sin movimiento rodeada de personas consternadas.

Él gritó desconsolado, se dejó caer de rodillas y me estrechó entre sus brazos, temblando:

— ‘Amor mío, por favor abre los ojos. Solo falta un mes para que nazca nuestro hijo. ¿Cómo pudiste dejarme así?’

Me llevaron de allí, pero él permaneció ahí, llorando como un niño pequeño. Yo me había ido, llevándome en mi vientre una vida que apenas comenzaba, sin que el bebé pudiera llamarnos «mamá» y «papá».

Es desgarrador… Durante años, los dos habíamos economizado cada peso, sacrificando todo, soñando con el día en que nuestro hijo naciera en nuestro humilde hogar. Pero el destino cruel me arrebató, privando a nuestro bebé del calor materno.

¿Cómo vivirás ahora? ¿Cómo crecerás sin tus padres? ¿Cómo soportar la tristeza de una criatura que perdió todo antes de nacer?

Él quedó sumido en un dolor profundo, mirando al cielo y clamando:

— ‘¿Por qué, Dios mío? ¿Por qué esta injusticia? ¿Cómo te atreves a llevarte a mi amada esposa cuando estaba a un mes de ser madre?’

Amor mío, descansa en paz… Javier prometió que, sin importar lo difícil que sea, criará a nuestro hijo para que crezca fuerte. ‘Este dolor nunca desaparecerá de mi vida…’

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